Hoy he pasado por casa de mis padres, y me ha dado por ponerme a buscar mi vieja cámara réflex. Estaba cogiendo polvo en un armario de mi antigua habitación. Junto a ella, había un montón de cosas que fueron un día muy importantes para mi. Sobre todo, fotos.
Había fotos del colegio, del instituto y de la Universidad. Fotos de amigos y fotos de personas cuyos nombres he olvidado. Había fotos de gente a la que hace años que no veo. Estaban los puntos de mi BBS, las euskal partys, la inauguración de la antigua-nueva Akira, las convenciones de Star Wars, algunos Lores del Sith. También había carnets de millones de cosas a las que he pertenecido. ¡Y mi carnet joven!
Y también estaba el wakizashi que me regalo Llews (¡aún está afilado!), mis shurikens, cientos de carretes fotográficos y papel para revelar, anillos, colgantes, mis primeras tarjetas de visita… ¡todo!
Miles de recuerdos que he metido junto a mi nostalgia en una bolsa de plástico y me he llevado a casa con gran satisfacción de mi madre. Ahora podré amontonarlos en un cajón de mi nueva vida y, de vez en cuando, volver a asomarme un ratito al baúl de los recuerdos.
Mi querida Kattya. El día menos pensado he de hacer una foto a CIERTA camiseta que aún guardo (aunque un tanto deslavada) y ponerla en el Facebook.
(Cuidau con el wakizashi!). 😉